Creció en la panadería de su familia en Villa Devoto, en la avenida San Martín; allí aprendió a cocinar con su hermano. En 1998, Leo Casaburro decidió irse a Europa a «probar suerte». Cuenta que «no veía futuro»; se radicó en Roma, donde vivió 15 años y se siguió formando como chef (ya había estudiado en la Argentina). Después estuvo dos en Madrid y hace siete desembarcó en Londres.
En mayo pasado, en medio de la pandemia y la cuarentena por el Covid-19, dio un salto y abrió su pastelería. Nunca pensó que sería un éxito y, menos, tan rápido.
Las medialunas de manteca y de grasa, las tortitas negras, los Rogel y los lemon pie de «La panadería de Leo» se agotan rápido. Mientras busca su propio local funciona en el de Casa Malevo, un restaurante argentino en Marylebone, frente al tradicional Hyde Park.
«Fue todo boca a boca, no hicimos nada de publicidad. En mayo era una cuarentena cerrada y empecé con unas 10 docenas de medialunas. Acá no hay panaderías argentinas, recién ahora -después de que saliéramos nosotros- hay quienes ofrecen por las redes. Por estos días, fabrica entre 35 y 40 docenas diarias, más otros tipos de facturas, alfajores y dulces.
«Arrancamos haciendo todo a mano y mirándonos pensando cuánto duraría -dice Casaburro a LA NACION-. Una amiga hacía tiempo que me decía que hiciéramos algo y yo dudaba porque no estaba convencido sobre si una panadería argentina funcionaría en Londres. El restaurante estaba cerrado por la cuarentena, me dieron la llave y me autorizaron a trabajar. Obviamente, era todo para llevar. A la segunda semana venía gente de todos lados».
Como Casa Malevo es lugar de encuentro de futbolistas argentinos, apunta que primero fueron sus esposas y novias las que encargaban y buscaban. Cuando se pudo abrir, salían ellos de los entrenamientos e iban a comer. «Los clientes ingleses se sumaron rapidísimo; se enloquecen con las facturas porque son totalmente distintas a los croissants, además en materia gastronómica son de mentalidad abierta. No hago nada de pastelería inglesa, lo mío son las medialunas y los alfajores. Los de maicena causan sensación»…
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