El gran regreso de los combustibles fósiles
Por Sonia Schott
No hay duda de que el petróleo es un negocio enorme con influencia propia pero también está inevitablemente ligado a los vaivenes de la política y en este sentido, una nueva administración en la Casa Blanca impactará en el alcance de las perforaciones, los niveles de producción y finalmente, el costo del suministro de energía en cada hogar del país.
El presidente electo, Donald Trump, prometió durante su campaña electoral que una de sus primeras decisiones seria autorizar lo que se conoce como la política de “perforar, perforar y perforar».
No se puede obviar que ante tantos fenómenos meteorológicos extremos que sufre el planeta, ya sean inundaciones, calor intenso o huracanes, la producción petrolera se ha vuelto cada vez más controversial.
Un elemento importante es la geografía. ¿Se debería prohibir a las compañías extractoras, perforar en ciertas áreas del país o se les debería dar luz verde para buscar petróleo donde sea?
Independientemente de si se trata de una medida acertada en términos del impacto medio ambiental el hecho es que una política que promueva la extracción de energías fósiles creará puestos de trabajo y seguramente contribuirá a impulsar la economía.
Cuando Trump asumió en su primer gobierno, en enero de 2017, restableció las licencias para perforar en áreas de Alaska y la costa atlántica, algo que la administración de Barack Obama había rechazado.
La producción de petróleo en Estados Unidos se disparó, en particular mediante la técnica conocida como “fracking”, en la que se bombean en el terreno grandes volúmenes de agua mezclada con productos químicos y arena para fracturar formaciones rocosas y así, liberar el petróleo y el gas natural ocultos.
El número de permisos de perforación se redujo significativamente bajo la administración del presidente, Joe Biden, aunque esto no tuvo ningún efecto sobre la producción real de petróleo.
Ahora, se espera que cuando Trump asuma el poder en enero, la industria petrolera podrá acceder a más áreas del país. Esta será una buena noticia para el sector y para el impacto que debería tener en la reducción del costo de vida, aunque restará importancia a la prioridad dada por el presidente Biden a las medidas para contrarrestar el cambio climático.
Defender la expansión de la perforación petrolera por razones económicas es relativamente fácil. Estados Unidos todavía importa alrededor de 8,5 millones de barriles de crudo y derivados cada día, aunque desde 2021, exporta más de lo que importa.
Más del 75 por ciento de las importaciones de petróleo, proviene principalmente de Canadá, México, Arabia Saudita, Irak y Brasil.
Los combustibles fósiles siguen siendo la materia prima no renovable, más valiosa en términos de volumen de comercio y uno de los más utilizados para fomentar el desarrollo.
Es difícil que un solo país puede controlar los precios del petróleo, fijados en mercados globales pero, la Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA) confirma que la producción de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) es un factor que afecta los precios del petróleo, al establecer objetivos de producción, mediante bandas, para equilibrar los precios y evitar pérdidas a sus miembros.
La OPEP, nació en Bagdad en 1960 bajo la egida de Irak, Irán, Kuwait, Arabia Saudita y Venezuela, en un momento de transición en el panorama económico y político internacional, caracterizado por la descolonización y el dominio de las empresas multinacionales de mercado internacional del petróleo.
Según datos disponibles, los miembros de la OPEP controlan alrededor del 79,5% de las reservas probadas de petróleo crudo del mundo y sus socios produjeron alrededor del 59% del petróleo mundial en 2022.
En 2016, la OPEP formó una alianza con otras naciones productoras de petróleo para crear la OPEP+ en respuesta a la caída de los precios del petróleo crudo, causada en parte por un enorme aumento en la producción de petróleo de esquisto estadounidense desde 2011.
Será interesante observar como la nueva administración maneja el desafío que ha representado la OPEP en el pasado para los intereses estadounidenses, pero por lo pronto la fórmula de perforar, perforar, perforar es percibida por los votantes de Trump como un gran paso en la dirección correcta para bajar los precios y controlar la inflación que les afecta.
Sonia Schott
Periodista y Consultora en Comunicaciones Estratégicas.
https://schottinternational.com/