Febrero comenzó con el famoso 30/30/30 en el clima. Esos indicadores se refieren a 30 grados de temperatura, 30 km por hora del viento y 30% de humedad.
Esto unido a una mala planificación urbana llevo a un desastre que termino con una tragedia donde perdimos muchos de los nuestros y los que quedaron vivos, perdieron todo lo que tenían.
Por otro lado, dentro de esos mismos días, fallece un ex presidente, que independiente de la posición de cada uno, puso a Chile en un modo de duelo que traspasaba los lugares y las distancias.
Nadie podía entender nada y los recursos emocionales se hacían escasos para procesar tan dura realidad.
Sin embargo esto no es una realidad solo nacional, lo de Israel y las inundaciones en California dan cuenta que lo único que no cambia es el cambio mismo y lo único estable es la inestabilidad.
Nadie podría dudar que estamos en tiempos desafiantes y que se requieren habilidades personales para poder transitar las situaciones individuales que nos tocan junto con las sociales que nos inundan todos los días.
¿cómo se vuelve a empezar, después de cualquiera de estas situaciones o de las que tu estas viviendo en estos momentos?
La primera clave parece ser la aceptación de esa realidad que me incomoda y no me gusta. Eso significa perder las urgencias de querer que las cosas sean como yo quiero que sean. Esto es un proceso activo que me lleva al movimiento y al entender que lo único que yo controlo es mi actitud hacia lo que tengo que transitar .
Para esto es importante ser flexible y permitir con toda libertad la expresión de emociones para ir quedando limpio por dentro mientras se vive el proceso. Compartir desde la verdad lo que se
esta viviendo parece ser clave entre los más cercanos. La verdad duele, pero no daña.
Además, el saber pedir ayuda y poder centrarse en la gratitud, aunque haya poco para poder hacerlo es la gran herramienta de este siglo en las situaciones que nos está tocando vivir.
Dicen que uno entiende que la opción de ser fuerte es la única que tenemos cuando ya no queda nada mas por hacer , parece ser la salida a estos procesos tan dolorosos.
Llorar hasta cansarse, hablar, pedir ayuda, agradecer y conectar con personas que nos estimulan ha salir adelante sin llevarnos a negar lo que nos pasa son las mejores herramientas que podemos utilizar para volver a empezar.
El cuerpo habla lo que la boca calla, la soledad es mala consejera y las redes sociales son la mejor forma de volver a pararse de situaciones desafiantes.
Este año tendremos seguramente mas situaciones como estas, que nos colocaran en el desafío de sentir que ya no podemos mas pero que sabemos en el fondo de nuestro corazón que no tenemos opción que seguir avanzando. En los túneles no se puede retroceder, podemos bajar la velocidad y hasta detenernos pero nunca volver hacia atrás .
Esperemos que no vuelva a hacer contenidos de columnas desde el dolor, pero del siempre se puede aprender a pesar que no es necesario ni absoluto para producir cambios. También se puede crecer desde el placer: vamos por ello
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