El Poder de las Palabras: Sonia Schott y el Impacto de la Comunicación en las Relaciones Internacionales
En un mundo donde la información viaja a una velocidad sin precedentes y las barreras culturales son más visibles que nunca, Sonia Schott se ha destacado como una estratega en comunicación, capaz de transformar complejidades en oportunidades.
Con más de dos décadas de experiencia gestionando contenido noticioso y asesorando en la intersección de la política internacional y los medios, Sonia ha perfeccionado el arte de comunicar eficazmente en entornos multiculturales. Su capacidad para anticipar crisis, convertirlas en oportunidades y conectar realidades diversas es un reflejo de su aguda comprensión de las dinámicas geopolíticas entre Estados Unidos y América Latina.
Desde su labor en Schott International Consulting hasta sus contribuciones en el ámbito académico y mediático, Sonia no solo facilita la comunicación entre naciones, sino que redefine el papel de la estrategia en la era digital, donde el mensaje correcto en el momento adecuado puede significar el éxito o el fracaso.
1. Como especialista en comunicaciones estratégicas, ¿cuáles son los desafíos más comunes que enfrentan las organizaciones al intentar comunicarse eficazmente en un entorno multicultural?
Los desafíos, por ejemplo, pueden venir de la mano de barreras lingüísticas, diferencias políticas, normas discrepantes sobre la toma de decisiones, percepciones dispares sobre el liderazgo, estilos de comunicación determinados por prejuicios o estereotipos. Por eso es importante la capacitación intercultural y adaptar el liderazgo a las circunstancias, si el objetivo lo amerita. Pero todo esto adquiere sentido cuando tenemos metas claras y, sobre todo, conocemos a nuestra audiencia para que nuestro mensaje tenga efecto.
La comunicación estratégica es un proceso que considera «a quién se le está hablando, por qué se le está hablando, cómo y cuándo se le hablará, qué forma de comunicación se debe adoptar, qué contenido y qué canales se deben utilizar».
2. Con más de 20 años de experiencia gestionando contenido sobre las relaciones entre EE.UU. y América Latina, ¿cómo ha evolucionado el panorama mediático en esta relación y qué impacto ha tenido en la percepción mutua entre ambas regiones?
América Latina y Estados Unidos responden a dinámicas diferentes, y el panorama mediático no es una excepción. Los estadounidenses aprendieron desde muy temprano a manejar el arte de comunicar con un propósito, lo que ayudó a fortalecer su influencia. En América Latina hemos aprendido a comunicar (desde el punto de vista mediático) por reflejo. Esto no significa que no hayamos desarrollado un estilo propio, pero los objetivos son diferentes. Ya sea para informar, educar, entretener o formar opinión, todo siempre dependerá de la intencionalidad con la que se transmita el mensaje.
Sabemos que, a pesar de que queremos englobar a la región dentro de un solo concepto, no es posible porque hay matices y necesidades diferentes de país en país, y no todos responden al mismo estímulo. Por eso, el mercado de las noticias está segmentado de acuerdo con intereses y necesidades. Tomar en cuenta las diferencias es muy importante a la hora de comunicar, si esperamos que nuestro mensaje tenga resonancia.
Yo diría que, de acuerdo con cada realidad, el periodismo y, en general, los medios han determinado su existencia y credibilidad en base a cuán independientes pueden ser del poder constituido y, de igual manera, cómo responden a las necesidades de la sociedad.
Si bien la tecnología ha revolucionado la industria de las comunicaciones, haciéndolas más rápidas y accesibles, igualmente ha representado una pesada carga que ha obligado a los medios tradicionales a reestructurarse y reinventarse, lo cual, en el fondo, es esencial para mantener el interés del público. Puede que haya cierto pesimismo generalizado en cuanto al papel que hoy juegan los medios si se les compara con su impacto en el pasado, pero la información sigue siendo un bien público muy preciado. A pesar de lo que en un principio se vio como una crisis, los desafíos surgen como una oportunidad para encontrar soluciones innovadoras.
3. En tu opinión, ¿cuál es la clave para transformar una crisis comunicacional en una oportunidad estratégica para una organización o gobierno?
Es una cuestión de perspectivas. Lo ideal es estar preparados antes de que surja la crisis. Tener un plan de contingencia con un protocolo claro que nos ayude, si no a evitar, por lo menos a disminuir cualquier impacto negativo. Aquí la clave es la acción preventiva, es decir, preparar el terreno para reaccionar a tiempo ante una situación inesperada, porque la mayoría de las veces las crisis suceden sin previo aviso.
Entonces, ¿cómo podemos aprovechar un proceso de crisis y convertirlo en oportunidad?
Hay que considerar que una crisis representa una exposición pública gratuita, porque llama la atención, aunque sea por las razones equivocadas. De nosotros depende una respuesta rápida para reformular el contexto. Por lo tanto, es una oportunidad para cambiar una percepción negativa en positiva, ya sea para renovarnos o corregir el rumbo, pero hay que estar preparados de antemano. La prevención es clave: es pensar en una estrategia a largo plazo, no solo en la inmediatez de una crisis. Siempre hay una lección valiosa que aprender para el futuro.
4. Schott International Consulting se enfoca en facilitar la comunicación política y cultural. ¿Puedes compartir un ejemplo en el que una estrategia de comunicación bien ejecutada haya ayudado a resolver malentendidos internacionales?
El primer paso es recolectar datos previamente para entender el nuevo entorno y poder aplicar las estrategias que nos conduzcan a alcanzar nuestros objetivos. Asumir que la diversidad cultural puede ser un factor enriquecedor. Estar al tanto de las diferencias culturales ayuda a facilitar la comunicación.
Durante un evento en Vietnam, el simple cambio de palabras en un concepto facilitó la comunicación.
La frase original de la conferencia rezaba:
«El camino a seguir debería ser un gobierno abierto en lugar de un gobierno cerrado, pues contribuye a una sociedad más sana y garantiza que las relaciones entre el gobierno y los medios de comunicación sean equilibradas.»
La frase se cambió por:
«Una buena comunicación entre el gobierno y los medios de comunicación marcará una diferencia positiva en la sociedad.»
Esto evitó que pudiera interpretarse como una crítica o una intromisión en el gobierno.
5. A lo largo de tu carrera, has trabajado en diversos contextos políticos y mediáticos. ¿Cómo abordas la gestión de las comunicaciones cuando los mensajes deben ajustarse a diferentes audiencias con intereses o perspectivas políticas dispares?
Lo primero es escuchar. La escucha activa es la clave para entender a fondo las necesidades y perspectivas de cada audiencia. Luego, diseñar un mensaje claro, conciso, y genuino, que, si bien pueda tener matices, sea accesible para todas las partes involucradas.
En estos casos, es esencial la imparcialidad, pero también la sensibilidad hacia los contextos particulares de cada grupo. Las emociones juegan un papel crucial en cómo se reciben los mensajes, especialmente en tiempos de crisis. Por lo tanto, cada palabra cuenta. A veces, los mensajes pueden ser percibidos de manera diferente, dependiendo de factores como el origen, la cultura o la situación política. Por eso es necesario contar con un enfoque flexible y adaptativo para maximizar la eficacia de la comunicación.
6. ¿Cuáles consideras que son las principales tendencias actuales en el campo de la comunicación digital y cómo pueden las organizaciones aprovecharlas para mejorar su alcance y efectividad?
Las redes sociales y el contenido digital continúan siendo un campo de constante evolución. En este sentido, la personalización es crucial. A medida que las plataformas digitales evolucionan, también lo hacen las expectativas de los usuarios. Por ejemplo, los consumidores quieren contenidos más interactivos, visuales y dinámicos. Es fundamental que las organizaciones creen contenido que no solo sea informativo, sino que también invite a la participación.
Otra tendencia es la importancia creciente de la transparencia. Los usuarios valoran la autenticidad y la honestidad de las organizaciones, y esto se aplica tanto a nivel político como corporativo. La adopción de inteligencia artificial también está cambiando el panorama. Las herramientas de IA permiten personalizar la experiencia del usuario, predecir comportamientos y mejorar la eficiencia de las campañas. A pesar de estas ventajas, siempre hay que ser cautelosos al usar esta tecnología, pues el balance entre personalización y privacidad es un tema crítico.
Las organizaciones que logren combinar la tecnología con un enfoque humano tendrán una ventaja significativa. Esto incluye la creación de contenido que no solo capte la atención, sino que también fomente la interacción genuina, construyendo relaciones duraderas con la audiencia.
7. En tu opinión, ¿cómo deben las instituciones gubernamentales y las empresas gestionar la relación con los medios de comunicación en tiempos de polarización y desinformación?
La relación debe basarse en la transparencia y el diálogo. Cuando estamos en tiempos de polarización, la desinformación crece, por lo que el acceso a fuentes confiables y la veracidad en los mensajes se vuelve aún más crucial. Las instituciones deben ser proactivas, proporcionando información precisa y oportuna, sin esperar a que las crisis se agraven.
La clave es generar confianza. Las instituciones y empresas deben comprender que la transparencia no es solo una opción, sino una necesidad. Una vez que se pierde la confianza, es muy difícil recuperarla. Por eso, no solo se debe ser transparente, sino también mostrar disposición para corregir errores cuando sea necesario. Las relaciones con los medios deben ser estrechas y basadas en la colaboración. De esta forma, los medios pueden ser aliados valiosos en la lucha contra la desinformación, actuando como canales de verificación de hechos.
8. Finalmente, ¿cuál es tu visión para el futuro de la comunicación estratégica, tanto en el ámbito político como empresarial, en los próximos cinco años?
La comunicación estratégica continuará evolucionando a medida que surgen nuevas tecnologías y plataformas. En los próximos cinco años, veremos un mayor énfasis en la personalización y la integración de inteligencia artificial para crear experiencias de usuario más inmersivas y personalizadas. Esto será especialmente relevante en el ámbito empresarial, donde las organizaciones tendrán que adaptarse rápidamente para mantenerse relevantes.
En el ámbito político, la transparencia seguirá siendo esencial, y las campañas electorales se enfocarán cada vez más en las plataformas digitales. Sin embargo, será crucial que las instituciones sean responsables de la información que distribuyen, ya que los usuarios estarán más alertas a la manipulación. Además, la interacción constante y el compromiso directo con la audiencia serán clave para establecer relaciones auténticas.
En resumen, el futuro de la comunicación estratégica se basará en la autenticidad, la tecnología y la capacidad de conectar con las audiencias de manera profunda y significativa. Las organizaciones que comprendan estos cambios estarán mejor posicionadas para prosperar en un entorno cada vez más interconectado y globalizado.
Entrevista por
Diana Baracaldo
Editora Jefe
Febicham News
Dianab@febicham.org
www.febicham.org