El Congreso de EE. UU. discute un proyecto de ley que propone aplicar un impuesto del 5 % a las remesas enviadas por migrantes desde ese país. La medida no afectaría a ciudadanos estadounidenses, pero sí a residentes permanentes, titulares de visas temporales y personas en situación migratoria irregular.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) estimó que las remesas representan entre 6 % y 23 % de los ingresos de los migrantes. Más de la mitad envía dinero a sus madres y un tercio a sus padres. En 2024, Colombia recibió 11.800 millones de dólares en remesas, mientras que México superó los 64.000 millones.
Según BBVA Research, las remesas equivalen al 2,3 % del PIB en América Latina y el Caribe. Países como El Salvador, Guatemala y Honduras podrían verse fuertemente afectados si la propuesta avanza, ya que dependen económicamente de estos envíos.
Expertos del Migration Policy Institute y del Diálogo Interamericano advierten que reducir las remesas podría generar nuevas olas migratorias y fomentar el uso de canales informales para el envío de dinero. Además, podría impactar a sectores como la hostelería y la construcción, donde los migrantes tienen alta participación.
El Congreso de México viajó a Washington para intentar frenar la propuesta, argumentando que vulnera el tratado contra la doble tributación firmado entre ambos países desde 1994. La reforma fiscal busca aprobarse antes del 26 de mayo, aunque aún necesita el aval del Senado.