El presidente Donald Trump anunció un arancel del 100% a las películas producidas fuera de Estados Unidos, argumentando que los incentivos ofrecidos por otros países a cineastas representan una amenaza para la industria nacional y la seguridad del país.
El anuncio plantea incertidumbre sobre cómo se definirán las películas extranjeras, ya que muchas son coproducciones y se filman en múltiples lugares. Estudios como Warner Bros. han rodado éxitos recientes como Barbie en el Reino Unido, lo que complica la clasificación.
Sindicatos y productores advierten sobre un posible impacto negativo global. En 2024, el 88 % de las inversiones en cine en el Reino Unido provinieron del extranjero. Países como Australia, Canadá y Nueva Zelanda también podrían verse afectados y anticipan respuestas diplomáticas.
El arancel llega en un contexto donde la industria cinematográfica estadounidense ya enfrenta una caída del 26 % en el gasto de producción respecto a 2022. Además, China redujo su cuota de películas estadounidenses en abril, citando los aranceles como causa de rechazo del público.
Trump sostiene que estas medidas buscan revitalizar a Hollywood, aunque críticos alertan sobre represalias comerciales y efectos contraproducentes para el cine de EE.UU. en el exterior.