Por: Italo Torrese, CEO & Founder – Nexus Innova US
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Desde el regreso de Donald Trump a la presidencia, el tema de los aranceles ha vuelto a ocupar un lugar central en la política económica de Estados Unidos. Para muchos, puede parecer una medida agresiva o proteccionista sin fundamento, pero detrás de estas acciones hay una estrategia más compleja que involucra la política monetaria, la deuda pública y la presión sobre la Reserva Federal.
Contrario a lo que algunos creen, el objetivo de Trump no es simplemente subir los aranceles “porque sí”. Hay una lucha silenciosa en el trasfondo: el gobierno necesita refinanciar una deuda enorme —cercana a los 8 o 9 billones de dólares— y para eso, las tasas de interés deben bajar. Sin embargo, la Reserva Federal, una entidad independiente y de naturaleza técnica, no ha estado dispuesta a reducirlas de inmediato.
Europa y Asia históricamente han impuesto aranceles a productos estadounidenses. En respuesta, Trump aplica aranceles a las importaciones provenientes de esos países y otros, generando un efecto dominó en la economía: los precios suben, el consumo disminuye, las ventas de grandes empresas caen y, como resultado, las acciones en la bolsa pierden valor. Ante este escenario, muchos inversionistas buscan refugio en los bonos del Tesoro americano, considerados más estables.
Este cambio en el flujo de inversiones ejerce presión sobre la Reserva Federal, que, al ver aumentada la carga de intereses a pagar por los bonos emitidos, podría verse obligada a bajar las tasas de interés. Si eso sucede, el gobierno puede refinanciar su deuda en condiciones más favorables.
Claro, hay un costo. Al subir los aranceles, ciertos productos importados se encarecen. Algunos sectores lo sienten más que otros: tecnología, automóviles, productos electrónicos. Sin embargo, cuando bajan las tasas de interés, se abre la puerta a créditos más accesibles, refinanciamiento hipotecario y estímulo al consumo. Esto puede compensar, al menos en parte, el golpe inicial de los precios más altos.
Además, no podemos olvidar que países como China poseen grandes cantidades de deuda estadounidense. Con tasas de interés altas, los bonos del Tesoro americano generan buenos rendimientos. Pero si la Reserva Federal baja las tasas, ese rendimiento disminuye, lo que podría llevar a países como China a vender sus bonos.
Los aranceles impuestos por Trump no deben analizarse de forma aislada. Son parte de una estrategia más amplia que combina economía, presión política y manejo del poder financiero. Si bien estas medidas pueden incomodar a corto plazo, el objetivo de fondo es reposicionar a Estados Unidos con más fuerza en el escenario económico global.