El año pasado, cerca de 40.000 migrantes cruzaron a Canadá para buscar asilo por una frontera que no es oficial y está ubicada al final de una remota carretera rural en el norte del estado de Nueva York.

Se trata de una cifra récord. Muchos lo hicieron impulsados por la creencia de que este país les dará una mejor recepción que Estados Unidos. ¿Pero puede Canadá lidiar con este influjo?

En una día en que cae la nieve en inverno, la carretera de Roxham es fría y tranquila. El silencio es interrumpido por el sonido de ruedas que se aproximan al final del camino, o por el de pisadas en la nieve.

Cerca de 150 migrantes llegan hasta aquí cada día, con la intención de poner un pie en Canadá. Muchos comenzaron su viaje en lugares tan lejanos como Brasil, y esta carretera en el estado de Nueva York es la recta final.

La carretera de Roxham no es un punto fronterizo oficial. No hay agentes fronterizos al final del recorrido, solo policías que arrestan a quienes cruzan.

Pero se ha vuelto conocida por ser un punto de entrada accesible a Canadá desde EE.UU. para solicitar asilo.

El año pasado se registró el mayor número de migrantes que ingresaron a Canadá por este paso, atraídos por la reputación de que este país ayuda a aquellos que huyen de conflictos y guerras.

La afluencia de migrantes ha generado una creciente frustración a ambos lados de la frontera, y ha aumentado la preocupación por la seguridad de la carretera, generando preguntas sobre qué futuro les espera a aquellos que hacen la travesía.

Sorpresa para Canadá

La carretera de Roxham despertó la atención nacional en 2017 cuando comenzaron a cruzar por allí un gran número de migrantes.

Algunos creen que su repentina popularidad se debió al temor de ser deportados de EE.UU. bajo el gobierno de Trump. Otros apuntan a un tuit del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, que decía: «A aquellos que huyen de la persecución, el terror y la guerra, los canadienses les daremos la bienvenida«.

La afluencia de migrantes tomó a las autoridades canadienses por sorpresa. El Estadio Olímpico de Montreal fue convertido brevemente en un albergue para los recién llegados. El gobierno federal trató de frenar la ola con advertencias de que la llegada a Canadá no significaba un permiso automático para quedarse.

Bajo las medidas de emergencia sanitaria implementadas por el gobierno durante la pandemia de covid-19 la ruta se cerró, pero la demanda de un refugio seguro nunca desapareció.

Miles de solicitantes de asilo regresaron cuando esas medidas se levantaron hace 16 meses.

Fuente: https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-65012792

Suscríbase a nuestro Newsletter

Manténgase siempre informado.

Reciba en su email la mejor información de eventos y seminarios.

Su email fue agregado exitosamente!