La visita reciente a Taiwán de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, ha desencadenado la furia de China, que la ha considerado una provocación. La respuesta china se ha producido a nivel diplomático pero también militar, con maniobras que han hecho temer al mundo que se pueda producir una invasión.
En caso de producirse una guerra entre China y Taiwán, las consecuencias no solo serían enormes a nivel humano, sino que la industria tecnológica internacional podría tener un impacto desastroso, mayor del que nunca se ha visto.
Si la inflación provocada por la guerra de Ucrania y Rusia ya ha sido un factor determinante para la caída de las ventas en la mayoría de productos de tecnología de consumo en este 2022, como los smartphones y los ordenadores, los efectos de un conflicto entre China y Taiwán se antojan mucho peores.
Las marcas occidentales tendrían que ofrecer primas a los empleados de las fábricas taiwanesas
Incluso si no se produce un conflicto militar en Taiwán, las consecuencias de una escalada de tensiones podrían hacer que la compañías taiwanesas que producen para otras marcas tecnológicas tengan que ofrecer más dinero a sus empleados.
De hecho, esto ya es una realidad para un gigante como Foxconn, compañía taiwanesa encargada del ensamblaje del iPhone. Después de que Apple aumentase sus pedidos de la serie iPhone 14 de 90 a 95 millones, el fabricante ha aumentado sustancialmente las primas que ofrece a los empleados de la campaña del iPhone, como recoge 9to5Mac.
Mientras que hasta ahora Foxconn pagaba un bonus a sus empleados participantes en la fabricación del iPhone de 1.500 dólares, se espera que aumente un 50%, hasta los 2.250 dólares, para la presente campaña.
Este precedente puede provocar un efecto dominó y hacer que se convierta en una práctica común entre el resto de empresas taiwanesas que trabajan para compañía occidentales, no solo para el caso de Apple.
Aumentarán los costes de producción de dispositivos tecnológicos para las marcas occidentales
Si la subida de sueldos de los empleados taiwaneses se produce, las marcas tecnológicas internacionales, que tienen a la isla como uno de sus destinos preferidos para la fabricación y el ensamblaje, podrían ver cómo los costes de producción de los dispositivos aumentan.
Como consecuencia directa, este incremento de los costes puede implicar un incremento de los costes finales para los compradores de productos de tecnología en todo el mundo.
Esta situación también podría ser una oportunidad para otros países del entorno muy implicados en los procesos de producción como la propia China, Corea del Sur, India o países del sudeste asiático, para pasar a hacerse con los contratos que a día de corresponden a empresas taiwanesas como Foxconn.
La crisis también puede ser logística, con productos y materiales de Taiwán que no pueden salir de la isla o pasar por China
Incluso si la guerra no se declara, China puede utilizar diferentes mecanismos para perjudicar a Taiwán a nivel no solo de fabricación sino también de logística.
En la actualidad, Apple ya ha pedido a sus proveedores taiwaneses que no incluyan el etiquetado ‘Made in Taiwan‘ en los productos que envían a China, para evitar represalias y que estos queden atrapados en aduanas o que se enfrente a multas.
La ley del gigante asiático prohíbe la entrada de productos con los 2 nombres oficiales de Taiwán (también reconocida como República de China), pero los fabricantes taiwaneses de Apple han optado por usar fórmulas alternativas como ‘China Taipei’ y ‘Taiwán, China’, que sí están permitidas en China.
No obstante, se trata de una solución a medias que puede generar problemas en Taiwán, ya que la ley de la isla requiere que los productos que salen del país tengan 1 de sus 2 nombres oficiales en el etiquetado.
Si la situación se agrava corre el riesgo de acabar convirtiéndose en una crisis de logística que cause dificultades en que los productos taiwaneses puedan salir de sus puertos o incluso pasar por China.
Una guerra causaría la mayor crisis de procesadores conocida, con el cese de las fábricas de TSMC, el mayor proveedor mundial
Pero si en un campo sería devastadora una guerra entre China y Taiwán para el sector de la tecnología, ese sería sin duda el de los semiconductores, es decir, los materiales con los que se elaboran los procesadores presentes en cualquier producto tecnológico.
En Taiwán se elaboran más del 90% de los semiconductores del mundo, con exportaciones por valor de 114.000 millones de euros en este sector solo durante el pasado año 2021. Y además, las empresas taiwaneses utilizan las tecnologías más avanzadas en cuanto a nodos, lo que les hace más potentes y eficientes.
Entre todos los productores de semiconductores, el mayor a nivel internacional es Taiwan Semiconductor Manufacturing Company, conocida por sus siglas TSMC, que domina más del 60% del mercado a nivel internacional gracias a su dominio de las arquitecturas ARM.
TSMC tiene un volumen descomunal. Es la empresa más grande del país con una enorme diferencia, ya que cuenta con una capitalización bursátil de casi 445.000 millones de euros, 9 veces más que la segunda en la lista.
Entre sus clientes se encuentran todos los grandes fabricantes de chips del mundo: Intel, Qualcomm, AMD, MediaTek, NVIDIA… Apple ha sido la última en sumarse, ya que cuenta con TSMC como proveedor principal de sus procesadores de iPhone (gama A) desde hace años y desde 2020 también de sus ordenadores (gama M).
La escasez de semiconductores aún no ha terminado y la guerra de Ucrania la está agravando, según IDC
Mark Lui, presidente de TSMC ha adelantado ya que las fábricas de la compañía «no estarían operativas» en caso de que China decida invadir Taiwán, como ha comentado en una entrevista.
Lui también ha descartado que China pueda hacerse con el control de su producción en caso de invasión. «Nadie puede controlar TSMC por la fuerza. Si usa fuerza militar, hará que la fábrica de TSMC no funcione», ha concretado.
«Debido a que esta es una instalación de fabricación tan sofisticada, depende de la conexión en tiempo real con el mundo exterior, con Europa, con Japón o con Estados Unidos, desde materiales hasta productos químicos, repuestos, software de ingeniería y diagnóstico», ha añadido el presidente de TSMC.
En este contexto, la paralización de la producción de semiconductores en Taiwán que causaría generaría una escasez global de procesadores de magnitudes desproporcionadas, seguramente mucho más grave que la que se lleva viviendo desde 2020 como consecuencia de la pandemia de Covid-19.
«Habría una escasez de suministros en todo el mundo», declaró a Reuters el principal negociador comercial de Taiwán, John Deng, a principios de este año, preguntado sobre la posibilidad de una invasión a la isla.
De producirse una guerra, las marcas taiwanesas de dispositivos lo tendrían complicado para seguir produciendo y exportando
No hay que olvidar que, más allá de su papel de exportador de semiconductores y en el ensamblaje de productos de otras marcas, Taiwán es también el hogar de varias de las mayores marcas de dispositivos tecnológicos del mundo.
La isla está especialmente avanzada en cuando a marcas de computación, y es la sede de grandes empresas del sector como Asus y Acer.
También es taiwanés el fabricante de procesadores MediaTek, que es el que más chips para teléfonos móviles vende en el mundo. Según los datos más recientes de Counterpoint Research, MediaTek controló el 38% del mercado de procesadores para smartphones, por delante de Qualcomm (30%).
Un conflicto militar entre China y Taiwán pondría muy complicado seguir funcionando a estar marcas, que difícilmente podrían seguir fabricando y exportando sus dispositivos al resto del mundo como sucede en la actualidad.
Y en un mercado internacional en el que la oferta se reduce de una forma drástica por debajo de la demanda, cabe esperar que se produzcan una subida de precios en los dispositivos y que haya problemas para satisfacer la demanda.
Ferias como Computex tendrían que cancelarse o buscar otras sedes
Taiwán es también es donde se celebra Computex, la feria de computación más importante del mundo. Suele tener lugar a finales de mayo, y es donde se anuncian la mayoría de los nuevos modelos de chips, ordenadores y tarjetas gráficas que se presentarán durante la segunda mitad del año.
El estallido de una guerra impediría la celebración de Computex como se lleva produciendo hasta el momento, lo que obligaría a sus organizadores a elegir entre 2 opciones: cancelar la feria o trasladarla a una nueva localización.
Nota: Las anteriores consecuencias se han elaborado teniendo en cuenta solamente qué sucedería en la industria tecnológica internacional si una guerra con China afectase en parte o cesase completamente la participación de Taiwán en el mercado internacional.
Fuente: https://www.msn.com/es-es/noticias/tecnologia/las-6-mayores-consecuencias-de-una-guerra-entre-china-y-taiw-c3-a1n-para-el-sector-de-la-tecnolog-c3-ada-a-nivel-internacional/ar-AA10DGAj?fromMaestro=true