Ya se ha dicho todo sobre la pandemia. Pero hay un punto de partida que recordar desde la perspectiva empresarial: se alteraron las cadenas de suministro, cambiaron dramáticamente los modelos de negocios y millones de empleados fueron protagonistas de una drástica disrupción que transformó sus vidas para siempre.

Tuvo un efecto beneficioso, sin duda: vigorizó la idea de que todo lo centrado en torno al ambiente, a la inserción de la empresa en la sociedad y el propio gobierno de las organizaciones era más esencial ahora para pensar en un futuro sustentable.

Al comenzar el año pasado, 2020, todo apuntaba a que fuera un año de grandes logros. La ONU bautizó al período que comenzaba como la Década de la Acción con la mirada puesta en 2030, cuando se deberían conseguir los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): acabar con el hambre y la pobreza extrema, erradicar la violencia de género y disminuir la desigualdad, garantizar educación de calidad para todos los niños y trabajos dignos para los adultos, asegurar el acceso universal a la sanidad y seguir habitando el planeta sin destruirlo definitivamente.

Pero entonces el Covid–19 cambió el curso de la historia. Millones de muertos, sistemas sanitarios en crisis, y destrucción masiva de empleos. Con lo que el avance de la pobreza y la desigualdad, tuvieron un avance formidable. Por primera vez desde 1990, el desarrollo humano ha retrocedido.

La esperanza quedó para este 2021 en que se espera en que la humanidad venza al virus y recupere la senda del avance hacia un mundo más justo, pacífico y sostenible, aunque cada día parezca menos posible.

Todo el ecosistema empresarial está afectado por el nuevo escenario. Las empresas se están comprometiendo (más allá de las declaraciones formales) a proteger la naturaleza, combatir el cambio climático y descarbonizar el planeta en la medida que les corresponda.

Tanto en las grandes economías como en las emergentes, crece el respaldo a todo lo que significa negocios sustentables.

Durante 2021, por ejemplo, comenzará a escala mundial la producción industrial del combustible llamado a ser la gran herramienta para la mitigación de las emisiones de CO2 provenientes del transporte y de otras industrias que emplean gasoil o gas natural. El ansiado hidrógeno verde servirá como combustible verdaderamente ecológico y significará uno de los más esperados hitos en la lucha contra las emisiones con efecto invernadero.

Las consecuencias de que las sociedades se ven y se verán cada vez más profundamente afectadas por procesos como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la escasez de agua dulce, la mala gestión de los desechos, la degradación de la tierra y la contaminación atmosférica urbana es que se pondrán en marcha nuevos procesos que poco tendrán que ver con “el retorno a la normalidad”.

Al mismo tiempo, las transformaciones sociales favorecen los cambios ambientales, tanto de manera negativa, mediante modalidades de producción y consumo insostenibles, como de manera positiva, mediante estilos de vida, tecnologías y prácticas sociales inclusivas y sostenibles.

10 tendencias en 2021

  1. Gestión del teletrabajo

Empresas y empleados se enfrentan al reto de la regulación interna del teletrabajo para que siga siendo percibido como un beneficio además de una necesidad.

  1. Revolución de la digitalización y la ciberseguridad

Si la digitalización era un proceso sin retorno, el Covid–19 lo ha acrecentado: las conexiones a Internet se han convertido en la forma de estar cerca de familiares y amigos, de poder seguir en conexión con el ocio y la cultura y, por supuesto, ha sido la única opción para muchas personas de seguir trabajando y consumiendo bienes y servicios.

Los entornos digitales impactan en la movilidad, los procesos de producción, los hábitos de consumo y las relaciones sociales. Estamos ante la IV revolución industrial.

  1. Economía circular

La economía circular y cómo implementarla se ha convertido en el foco de atención de responsables políticos y empresariales que demandan e impulsan un nuevo modelo de producción y consumo que impida la pérdida de valor de los recursos evitando que materiales en desuso, residuos o subproductos de los procesos productivos acaben depositados en los vertederos, sin maximizarse su utilización o aprovechamiento.

  1. Inversión ESG

El apoyo de los inversores a las propuestas de accionistas relacionadas con temas ESG se ha visto acrecentada durante estos últimos años, continuando a su vez la convergencia de los asuntos ESG (ambiente, sociedad y gobernanza corporativa) en el activismo de los accionistas a escala mundial.

Temas como la gestión del capital humano, la supervisión de riesgos, la coherencia entre las medidas adoptadas por la compañía en relación con la fuerza laboral versus las relativas a la compensación de sus ejecutivos serán objeto de escrutinio.

  1. Apuesta por la empresa saludable

Ya era un tema de empresas líderes en sustentabilidad, en aspectos como la alimentación saludable y el incentivo para la práctica de ejercicio físico entre los empleados. La presión por los meses de confinamiento ha repercutido en la suma de la salud mental a la ecuación de la preocupación por la salud.

  1. Lucha contra el cambio climático

El cambio climático lleva tiempo en la agenda de Gobiernos y empresas, y para 2021 se refuerza con la llegada de Biden. Naciones Unidas ha estimado en US$ 300.000 millones el coste anual de fenómenos naturales asociados al cambio climático. Muchas empresas ya han sopesado los riesgos y las oportunidades que supone responder ante este problema y han incorporado a su propósito la sostenibilidad, y el cambio climático a sus estrategias.

  1. La biodiversidad

Ha quedado demostrado que la conservación y uso sostenible de la biodiversidad es una de las mejores vacunas frente a futuros desastres, ya que los ecosistemas equilibrados amortiguan y contienen la dispersión de enfermedades.

  1. Movilidad sostenible

La movilidad sostenible se instala entre las estrategias de Responsabilidad Corporativa de las empresas como aliada de la lucha contra el cambio climático, la calidad del aire y la preocupación por la salud pública, la reducción de tiempos de desplazamiento de los empleados, el aumento de la productividad y una mejor calidad de vida de todos en general.

  1. Gestión de la diversidad

La lucha contra las desigualdades sociales puede ser abordada desde la generación de empleo y en ese sentido el tejido empresarial ha demostrado un interés sin precedentes por impulsar estrategias que impacten en la integración de diferentes sectores, reflejo de una sociedad cada vez más diversa.

  1. Alineación de estrategia empresarial a los ODS

Los ODS se han convertido en una guía o mapa para las empresas, que les permite identificar y cuantificar cómo sus impactos económicos, sociales y medioambientales contribuyen de forma positiva a la sociedad, y en consecuencia fortalecer su reputación y sus relaciones con los distintos grupos de interés. Por este motivo, ya son muchas las empresas que definen, desarrollan y reportan sus actuaciones en materia de Responsabilidad Corporativa empleando como marco de referencia aquellos ODS y metas específicas a los que contribuyen más directamente.

Fuente: https://mercado.com.ar/revista/edicion-julio-n1239/sustentabilidad-tendencias-2021-y-un-nuevo-enfoque/

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