La llegada de Joe Biden a la Presidencia con 78 años es el fiel reflejo de que la política del país norteamericano privilegia a aquellos con mayor edad, lo que también es posible de ver en el Parlamento.

Con la llegada de Joe Biden, de 78 años, a la Casa Blanca en enero y la inauguración de un Congreso más viejo que nunca, Estados Unidos se consolida como una gerontocracia de octogenarios, que se resiste a los achaques de la edad y con una energía envidiable ante las peticiones de cambio de las nuevas generaciones.

En la inauguración del mandato del presidente Barack Obama se produjo una triste escena que ejemplifica la difícil combinación de edad y poder. Robert Byrd, el senador más veterano de la historia del país, se retiró entre sollozos de un almuerzo organizado por el joven Mandatario, después de ver cómo se llevaban en ambulancia a su compañero de bancada, un enfermo Ted Kennedy, de 76 años.

Byrd falleció un año después a los 92 años de edad, aún trabajando como legislador tras más de medio siglo. En su funeral habló el entonces vicepresidente, un relativamente joven Joe Biden, por aquel entonces bordeando los 70 años y que en enero se convertirá en el presidente de mayor edad de la historia del país.

Biden superará el 20 de enero el récord que estableció Donald Trump, que llegó a la Casa Blanca con 70 años, mientras que el nuevo Congreso que se inaugurará en pocas semanas tendrá una media de edad de 59 años, un récord histórico, que podría también superar el Senado, donde quedan por determinar varios escaños.

«No está claro que limitar los mandatos tenga una utilidad obvia, como podría ser la reducción de la corrupción. Esos límites no acaban con la ambición de líderes electos, simplemente la redirige», explica en entrevista con Efe el profesor de Gobierno del Dartmouth College, John Carey, quien asegura que «es muy preocupante la gerontocracia en la que se ha convertido Estados Unidos».

Élite octogenaria

La élite del Gobierno en Washington es una colección de décadas de experiencia, achaques de salud y tenacidad ante la inexorabilidad del tiempo: Nancy Pelosi, con 80 años, es la líder de la mayoría demócrata de la Cámara de Representantes y Mitch McConell, con 78, está a la cabeza de la mayoría republicana en el Senado y recientemente compareció con la cara y las manos amoratadas e hinchadas, lo que levantó las alarmas.

Desde noviembre han aumentado las voces que piden que Diane Feinstein, de 87 y la senadora de más edad, se replantee sus planes para completar seis años de trabajo legislativo tras ganar su reelección por California en 2018 y que, si la salud física y mental se lo permiten, la mantendría en el poder hasta los 91 años.

Fuente: https://www.emol.com/noticias/Internacional/2020/12/20/1007101/EEUU-gerontocracia-longevos-Biden.html

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