La firma del acuerdo comercial entre Canadá, EE.UU. y México, vigente desde 2020 y llamado Usmeca, nació de una promesa de Donald Trump en 2016, cuando enfiló su artillería en contra del antiguo Nafta, argumentando principalmente desventajas en las reglas de juego a favor de los mexicanos. Hoy, el nuevo tratado genera tensión entre canadienses y estadounidenses.
El primer capítulo de la disputa tiene al sector lácteo como protagonista. En mayo, EE.UU. solicitó la creación del panel de disputas aludiendo que Canadá está limitando las participaciones de los estadounidenses, pues 85% de las cuotas de productos sin arancel o con arancel preferente, se las viene aplicando a los insumos que usan los productores canadienses para hacer yogur, queso, entre otros derivados, y no a los terminados.Lo que evita que productos estadounidenses lleguen directamente a las tiendas a precios más bajos.
A pesar del fallo, Canadá dijo que el informe estuvo ‘abrumadoramente’ a su favor porque respalda la legitimidad del sistema de gestión de suministro que viene haciendo ese país. Entre enero y octubre de este año los productores estadounidenses exportaron US$478 millones en productos lácteos a Canadá. No se sabe que tanto podría aumentar esta cifra como resultado del fallo.
Vehículos eléctricos
El segundo capítulo de la tensión comercial pasa por la ley promovida por el gobierno de Joe Biden que aprueba un subsidio de hastaUS$12.500 para quienes compren un vehículo eléctrico, siempre y cuando este haya sido producido en Estados Unidos por una empresa local y con sindicato.
Dicha condición ha sido una preocupación permanente para el primer ministro Justin Trudeau, pues saca del mercado estadounidense, o al menos deja en una posición de desventaja en lo que respecta al precio, a los vehículos eléctricos fabricados en Canadá. Algo que según la ministra de Finanzas de EE.UU. va en contra de lo acordado en el Usmeca.
Dicha condición ha sido una preocupación permanente para el primer ministro Justin Trudeau, pues saca del mercado estadounidense, o al menos deja en una posición de desventaja en precio, a los vehículos eléctricos fabricados en Canadá. Algo que según la ministra de Finanzas de este país va en contra de lo acordado en el Usmeca.
“La propuesta es una amenaza significativa para la industria automotriz canadiense y es una abrogación de facto del Usmeca», escribió la ministra de finanzas, Chrystia Freeland, en una carta enviada a parlamentarios estadounidenses. En la que agregó: «dada la profunda integración de nuestras respectivas industrias automotrices, la propuesta tendría importantes repercusiones en Estados Unidos, afectando la producción y los empleos estadounidenses».
El argumento expuesto por Canadá es que el subsidio planteado por la Casa Blanca equivaldría a un arancel de 34% sobre los vehículos fabricados en Canadá y, debido a la actual integración entre los dos países, sería un duro golpe para toda la industria.
En la carta enviada a los congresistas, el gobierno canadiense dejo en claro que está preparado para responder a dicho subsidio con sanciones comerciales de represalia contra productos estadounidenses, los cuales no se limitarían solo al sector automotriz.
Fuente: https://febicham.org/wp-admin/post-new.php